miércoles, 18 de mayo de 2011

El voto significativo

La democracia como idea y como sistema son cosas muy distintas. En un principio, se intenta crear el sistema para que esté al servicio de la idea. Hasta que se pone en un contexto para ponerlo en marcha y para eso hace falta que alguien lo haga: el ser humano. El ser humano hace que el sistema deje de ser inocente, porque lo usa con una finalidad diferente a la original.

Es el caso del sistema electoral: la figura de poder que mueve los hilos, el monopolio de los medios de comunicación y, en definitiva, todas las fuerzas coactivas que malean la voz del ciudadano según sus intereses.

Cuando nos ocurre una injusticia por causa de una entidad poderosa, nos sentimos solos: no somos nadie. Esa entidad usó su fuerza para desequilibrar la situación a su favor y una sola persona no se puede medir con ella.
No se puede eliminar el error de un sistema, siempre va a aparecer. Pero se puede señalar y corregir. Esto es lo que hace que las cosas funcionen, evolucionen y mejoren: la retroalimentación. La retroalimentación elimina la asimetría entre la entidad y la persona, porque da cabida a todas las voces. Esa persona tendrá tanta voz como todas las demás. Y aunque esa entidad haya sumado mucho poder, se tendrá que enfrentar a todas las voces restantes si intenta cometer abusos.

No hace mucho que vivíamos la hegemonía de las mayorías. Unas mayorías ficticias: se escuchaba la música de las discográficas y se aceptaba la información de los medios de masas. No había otra alternativa.
Pero las voces mayoritarias no eran tales y las minorías sin voz descubrieron que no estaban solas.
Hoy no hay mayoría, todo son minorías. Pluralidad.

Ya ocurrió con la cultura y con la información; es el turno de la política. Podemos dejar de ser ciudadanos analógicos para convertirnos en ciudadanos digitales: activos y con una voz. Me da igual si ese primer ministro acapara todos los medios de comunicación de su país, ¡¡¡yo tengo un twitter!!! ¡¡Ya NO somos nadie!!

Para hacerse oír, una voz necesita un canal y un motor. El canal es INTERNET. Y el motor es cualquier idea, propuesta o iniciativa que cada cual quiera defender o a la que se quiera sumar.
Se decía que los pueblos árabes no deseaban libertades, que estaban muy contentos con sus regímenes. Hasta que tuvieron un canal y un motor y el mundo escuchó su voz...

Esta vez, yo quería expresar mi voz a través del voto. Pero el sistema es defectuoso:

Hace una semana fui a correos a solicitar el voto por correo, ya que, como tantas otras veces, estoy lejos de mi ciudad y me resulta imposible acudir a votar. Ayer recibí la respuesta: me habían denegado el voto por correo por un defecto de forma. "Falta el sello de fechas de correos".
Para sumar profesionalidad al proceso, la persona que se encargó de mi fallida solicitud en la oficina de correos (la que no puso el sello de fechas), me preguntó en el momento del trámite por mi acento gallego y me dijo: "¿No serás uno de esos independentistas?"

No voy a hacer suposiciones ni comentarios. La pregunta podría estar relacionada con el defecto de forma, o no, no lo sé. Pero de todo esto saco dos conclusiones: que el derecho fundamental al voto es muy fácil de vulnerar y que yo ya no voy a votar.

Lo que sí voy a hacer es animar a todo el mundo a que exprese su voz de la manera que considere oportuna. Una voz sin interferencias.
El voto útil es un voto analógico, una presunta maniobra táctica (¿maniobra de quién?) que solo sirve para perpetuar el bipartidismo: un ejemplo de desequilibrio producido por la fuerza de una entidad demasiado poderosa, un ejemplo de deficiencia en el sistema.

Ahora es posible el VOTO SIGNIFICATIVO. El voto de la pluralidad, de cada una de las voces. El voto que va más allá del sistema electoral. Porque no hay que esperar al domingo 22 para saber la repercusión que han tenido los recientes movimientos y manifestaciones de la ciudadanía. Ya han tenido repercusión, ya son una voz que todos escuchamos. El voto significativo es la voz de cada uno, que contribuye al gobierno del pueblo a través de la retroalimentación y que no se reduce al día de las elecciones. La voz que me intentaron denegar, pero ya no pueden, porque ahora soy un ciudadano digital.

Esto es mi voto.

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