sábado, 23 de abril de 2011

A Castro

A Castro


Desde la enredadera de Carral

alegras todas nuestras almas,

desde el paraíso que una vez imaginaste

y que ya siempre será parte de ti.

Se pone el sol, y con él nuestra alegría.

Aunque la felicidad con la que riegas nuestras vidas

no dejará de manar, no.

Porque siempre estarás presente,

en las sonrisas y en las canciones.

Hay hombres capaces de desenredar el mundo,

y el paraíso, abuelo,

está donde estás tú.



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